¿Cuándo empezaste a pensar en cómo podrías hacer del mundo un lugar mejor? ¿Veintiuno? ¿Dieciocho? ¿Tal vez incluso quince? Autumn Peltier, una adolescente indígena de Canadá, pronunció su primer discurso con solamente ocho años abogando por el acceso universal al agua potable. Ahora tiene trece años y acaba de ser nominada para el International Children’s Peace Price (Premio Internacional Infantil de la Paz), obteniendo un apoyo impresionante en el camino.
Quizás uno de sus seguidores más destacados es Justin Trudeau, el primer ministro de Canadá. En octubre del año pasado, Peltier criticó al gobierno de Trudeau por aprobar dos nuevas ampliaciones de oleoductos; algo que representa un riesgo para el agua potable en Columbia Británica. Trudeau prometió a Peltier que tomaría las medidas pertinentes para proteger el agua, está por ver si cumplirá con su promesa.
Entonces ¿qué más ha hecho Peltier para ganarse el reconocimiento del comité del Premio Internacional Infantil de la Paz? Bueno, mucho. Representó a los jóvenes indígenas de Canadá en la conferencia infantil sobre el clima celebrada en Suecia. Ayudó a crear un comunicado con las peticiones de los niños en lo referente a la acción climática, que fue presentado a los líderes mundiales durante la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Clima de 2015. Movilizó a la acción nacional al pedir que se cerraran las carreteras durante una hora el 5 de diciembre de 2016 para concienciar sobre la importancia de la protección del agua. Reitero: esta chica tiene trece años. Tiene una lista de logros que sería igualmente impresionante incluso si tuviera treinta años.
Como canadiense nativa, tiene sentido que Peltier sienta que tiene más conexión con el medio ambiente que otros canadienses. En sus propias palabras, ‘yo soy de esta tierra. Mis antepasados están enterrados aquí en esta tierra. Esta tierra es nuestra tierra y es parte de mí y parte de todo lo que yo soy y de todo lo que hago’.
Su emotivo mensaje sobre el impacto de la política gubernamental y sobre el cambio social en los pueblos indígenas debería hacernos parar a pensar. La joven dijo: “perdimos algunos de nuestros caminos, perdimos nuestro idioma, sufrimos los efectos del internado”. Continúa defendiendo, con un poderoso argumento,la capacidad de resistencia de los indígenas canadienses, diciendo “mi pueblo debería estar celebrando la resiliencia porque todavía estamos aquí, hemos sobrevivido todo el tiempo y todavía seguimos aquí”.
Peltier no es la única canadiense indígena que defiende el efecto ambiental. De hecho, proviene de una tradición activista. Su tía, Josephine Mandamin, recorrió las costas de los cinco grandes lagos canadienses en nombre de la protección del medio ambiente y recibió el Premio de Teniente Gobernador del Patrimonio de Ontario a la Excelencia en la Conservación. El interés en las acciones de los pueblos indígenas en todo el mundo está aumentando enormemente, en parte debido al encuentro Aniwa, una reunión de treinta líderes de tribus indígenas que tuvo lugar a principios de este verano en España. El encuentro Aniwa tuvo como objetivo la creación una plataforma para compartir conocimientos y abrazar el ecologismo con el que Autumn Peltier se ha forjado una sólida reputación. Pero no solo los indígenas deben preocuparse por nuestro medio ambiente, todos podemos surtir efecto. Repitiendo las palabras de Peltier, ‘si no hablamos ahora, o no intercedemos ahora, ¿cuánto podría empeorar la situación?’